martes, 8 de septiembre de 2015

POR FIN EN TAILANDIA.

En diciembre de 2014 decidimos empezar una nueva vida en Tailandia y comenzamos los preparativos.  Primero las vacunas, luego conseguimos el visado por un año y el 4 de septiembre de 2015 volamos hacia nuestro sueño. Ya estamos aquí, en Bangkok, todavía un poco despistados pero felices. Alojados en un modesto apartamento  a  10 minutos de la ruidosa Khao San Road rodeados de tiendas thais, puestos de comida callejera y varios templos.

DEL AEROPUERTO AL CENTRO

Cuando salimos del aeropuerto tuvimos la primera sensación: la bofetada de calor que sentimos fue brutal, es como meterte directamente a un horno, la diferencia entre el aire acondicionado y el bochorno de la ciudad nos hizo despertar del jet lag y descubrir que estábamos en Bangkok. Lo primero un cigarrito en el área de fumadores, es decir, en la puta calle. Los fumadores cada vez tenemos menos derechos en cualquier parte del mundo. 


Después nos dirigimos a la parada de taxis con precio fijo que está en la planta baja. Sacas un ticket en unas máquinas parecidas a parquímetros donde te dice el número de taxi que te toca coger.  El precio es económico comparado con otros países y más si compartes el vehículo con algún otro viajero. Nosotros lo hicimos con una pareja gallega que conocimos en el avión, Yago y Marta: abiertos, cercanos y encantadores. Enseguida congeniamos con ellos. En este momento están viajando por el norte de Tailandia. Les invitaremos a colaborar con nuestro blog y quizás en un futuro nos cuenten su experiencia. Como tenía que llevarnos a dos direcciones diferentes a 4 personas, el operario de las maquinas nos asignó un taxi grande, el taxista  nos pidió 700 baths, nos pareció bien y aceptamos.  Creo que lo normal es pagar 400 o 500 por un único desplazamiento en un taxi pequeño más el peaje que en nuestro caso lo pagó el taxista.


NUESTRO APARTAMENTO

Teníamos reservado un pequeño apartamento que nos buscaron unos amigos tailandeses que conocimos en Madrid. Nuestra cuñada tailandesa Phusanisa nos ayudó a negociar el precio y nos consiguió un descuento. Es modesto y económico. Una cama grande, nevera, aire acondicionado, un armario, una pequeña terracita para tender la ropa, wifi y un cuarto de baño. No necesitamos nada más. Está a solo 10 minutos de Khao San cerca del río Chao Phraya, junto a un parque donde los thais se juntan para hacer gimnasia. Dejamos las maletas, nos dimos una ducha y nos fuimos en busca de nuestra primera comida que por supuesto fue un delicioso pad thai y tom yaam koom.



1 comentario:

  1. la verdad es que me encanta veros asi de contentos con vuestra nueva vida,espero que esta experiencia la disfrutéis al máximo por que no es para menos,claro esta,ya os lo digo siempre pero hoy no será menos,os deseo muchísima suerte y que los astros se alinien para daros toda la felicidad y fuerza que necesitais en un sitio tan maravilloso como este,salud brother

    ResponderEliminar