A nuestra amiga tarragonina le entró el gusanillo de los viajes cuando se fue a Alemania al terminar la carrera, desde entonces no ha podido parar, se ha recorrido más de medio mundo y no deja de pensar en el otro medio.
Viajo siempre con mi marido y aunque no colabore nunca en la planificación del viaje, debo reconocer que una vez en el terreno es el mejor compañero y nos compenetramos perfectamente. Hasta hace poco viajábamos siempre con nuestra hija que ha heredado la pasión viajera de su madre y ahora con 22 años ya vuela sola.
"Viajar forma parte de mi vida. A veces me pregunto si llegará el día que no tenga ganas de viajar, espero que no sea así porque querrá decir que algo no va bien."