El Teide es la tercera estructura volcánica más alta y voluminosa del planeta, después del Mauna loa y Mauna kea en Hawai, así como la mayor elevación de Las Islas Canarias y de toda España con 3718 metros. Inició su formación hace 170.000 años tras el deslizamiento gigante del anterior edificio volcánico, aún mayor que el actual. Se formó así la caldera de Las Cañadas, de la que hoy sólo podemos ver parte de su pared puesto que al crecer el Teide en su interior, fue rellenándola con sus materiales.
Según las creencias de los aborígenes canarios (guanches), Guayota, el rey del mal, el demonio, vivía en el interior del Teide (el infierno), y secuestró al dios Magec (dios de la luz y el sol), y lo llevó consigo al interior del Teide. Los guanches pidieron clemencia a Achamán, su dios supremo, que consiguió derrotar a Guayota, sacar a Magec de las entrañas del Teide y taponar su cráter. Dicen que el tapón que puso Achamán es el último cono del volcán, de color blanquecino, que corona el Teide.
El Parque Nacional del Teide cuenta con un paisaje único de cráteres, volcanes y ríos de lava petrificada que rodean la impresionante silueta del Volcán Teide, que se alza hasta los 3.718 m de altitud. Los visitantes encuentran numerosos servicios que les permiten conocer y disfrutar de este espacio: cómodos accesos por carretera que cruza todo el Parque, dos centros de visitantes que desvelan algunos de sus secretos, una zona de restaurantes para reponer fuerzas, numerosos miradores que permiten componer una completa panorámica, una extensa red de senderos para los visitantes que deseen adentrarse en el Parque e incluso dos alojamientos, el Parador Nacional de Las Cañadas del Teide y el Refugio de Altavista a 3.270 metros de altitud.