La primera vez que salimos de España, hace ya...demasiados años, fue a Roma. Nos gustó tanto y nos dejó tan impresionados que nos despertó las ganas de viajar. Lamentablemente en esos años no disponíamos de los equipos fotográficos con los que contamos ahora por lo que no tenemos imágenes de tan recordado viaje. Así que les hemos pedido a nuestros amigos del blog EXPEDICIONES POR EL MUNDO que compartan con nosotros una completa entrada donde nos cuentan su viaje a la ciudad eterna.
Para que tengáis la máxima información sobre la que quizás sea la ciudad más hermosa del mundo, os ponemos además estos dos enlaces que hablan de ella y una pagina web donde podréis reservar entradas y tours en Roma:
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Hellotickets, entradas y tours en Roma a los mejores precios.
En El Viajero Fisgón nos cuentan las 6 curiosidades del Coliseo romano.
En la página oficial de turismo de Roma en español encontrareis toda la información contada desde allí.
Os dejamos con Expediciones por el mundo.
ESCAPADAS: ROMA ESENCIAL.
El primer paso para una escapada es buscar el medio de transporte adecuado, en nuestro caso dada la distancia y el tiempo limitado del que disponíamos elegimos un vuelo directo Málaga - Roma, por suerte la compañía Vueling ofrece este servicio a un precio razonable (330€ los dos).
Después de asegurarte el transporte toca buscar alojamiento, tras mucho buscar y comparar nos decidimos por el Navona Tower Relais, un bed & breakfast a escasos 50 metros de la plaza Navona, epicentro de la ciudad. Nos gusto este lugar por su buenísima relación ubicación, precio y comentarios (71,10€ la noche + 7€ impuesto municipal). Lo que costaba más que otros alojamientos más alejados, zona estación Termini sobre todo, se compensa por no tener que usar transporte público al poder llegar a pie cómodamente a los lugares esenciales a visitar.
La decisión se tornó más que acertada cuando llegamos al lugar y descubrimos una habitación al nivel de un hotel de 4 estrellas, con un baño pequeñito eso si pero funcional. El desayuno en un bar cercano era correcto aunque se echaban en falta algo más que bollería para acompañar al buenísimo café y el zumo.
Ya solo nos quedaba el transporte desde el aeropuerto de Fiumicino al centro. Teníamos tres opciones, taxi (48€), tren(18€ por persona) y autobús (8€ los dos con la compañía Terravision). Al final nos decidimos por este último, que nos llevaría hasta la estación Termini como el tren y desde allí iríamos andando al alojamiento, un paseo de 40 minutos andando. Ida y vuelta 16€ comparado con 72€ o 96€ nos pareció un esfuerzo asumible.
Todo salió como planeamos y a las 21:00 del viernes entramos en nuestra habitación, dejando las maletas nos dispusimos a salir para cenar algo en un restaurante cercano que nos recomendó el dueño del b&b donde nos hospedamos. Después de una cena que incluyó un muy buen carpaccio de ternera, un risotto y pasta casera a un precio moderado para la zona (57€) nos fuimos a dormir para preparar nuestro asalto al Vaticano a la mañana siguiente.
Al tener el tiempo tan justo te obliga a madrugar para poder aprovecharlo, además si sois amantes de la fotografía como yo agradeceréis la falta de masificación a horas tempranas. Nosotros a las 8 ya estábamos desayunados y de camino al estado papal, cruzando el río Tevere por el puente escoltado de estatuas del célebre Bernini que da a Castel Sant'Angelo.
Después de las instantáneas de rigor y de disfrutar de las vistas continuamos hacia nuestro destino, acompañados en el trayecto por algún madrugador cardenal.
Llegamos a los pocos minutos a la espectacular plaza de san Pedro. Una vez recuperados de la grandiosidad del lugar, pensamos en ponernos en una cola que cruzaba el lugar, pero al preguntar a unos carabinieri (policía italiana) nos dijeron que esa mañana la basílica estaba cerrada al público y nos indicaron el camino al museo Vaticano.
Llegamos a las 8:45 y ya había una cola descorazonadora, en ella había los típicos ganchos que te dicen que vas a estar 3 horas esperando y te ofrecen tours guiados a un precio poco mayor que el de la entrada. La realidad es que la cola tardó una hora y cuarto en alcanzar las taquillas y el precio de la entrada era de 16€ por cabeza y no los 40€ que nos pedían por la visita acompañada. Así que aparte de estar atentos de los famosos descuideros de bolsos de la zona, también atentos a estos que ofrecen servicios a precios abusivo metiéndote miedo con el tiempo de espera.
La visita al museo Vaticano es fabulosa, bastante masificada para mi gusto, pero interesantísima, no dejéis ningún rincón sin explorar porque hay sorpresas en cada lugar. La capilla sixtina merece un capítulo aparte ya que es una maravilla en la que uno debe sentarse y pasar un rato disfrutando del espectáculo. La visita transcurre entre zonas de arte romano, egipcio, babilonio, sacro, pictórico entre otros.
Quiero tratar por separado los espectaculares acceso y salida del museo, dos escalinatas completamente diferentes pero ambas espectaculares.
El museo tiene un par de jardines que tienen una zona de descanso y una terraza en la que tomar algo si la visita se prolonga, y os aseguro que si queréis encontraréis motivos para alargarla.
Salimos de allí sobre las 12:30 y nos dirigimos a la plaza de san Pedro a ver la basílica que abría al público a la una después de concluir la ceremonia de nombramiento de cardenales.
Después de sufrir otra cola, que aproveche para hacer más fotos, pasamos el arco de seguridad que nos daba libre acceso a la iglesia más importante del cristianismo. Decidimos subir primero a la cúpula para dejar que la mayor parte de la gente se dirigiera al edificio principal. Tienes dos opciones para subir, o todo por escaleras, 5€ por persona o hacer el primer trayecto en ascensor y el último escaleras 7€. Teniendo en cuenta las importantes caminatas que llevábamos y las que nos quedaban, no escatimamos y subimos en ascensor.
La primera parada en la ascensión fue para ver desde el interior de la cúpula la iglesia, el altar principal y demás zonas internas. La altura impresiona bastante, hasta que no lo ves desde allí no te haces a la idea de lo grandioso de la construcción.
Seguimos subiendo ya por la escalera, buscando la cima, el recorrido se va haciendo por momentos más angosto y escarpado, no apto para piernas débiles, es tanto que te hace plantearte si merecerá la pena. Cuando llegas arriba sales completamente de dudas, lo merece y mucho!!.
Desde una balconada redonda, que recorriendola te da una panorámica de 360 grados, encuentras una espectacular vista de Roma con un lugar preeminente para la plaza de san Pedro al frente y el palacio papal a la espalda.
Bajamos a una azotea intermedia donde hay más vistas, otras perspectivas y una tienda de recuerdos regentada por monjas.
Era ya tarde así que nos dispusimos a buscar un lugar donde comer que no nos pareciera un nido de turistas. Lo encontramos al otro lado del río, así que comimos hablando de lo inesperadamente impresionante de la visita a el Vaticano. Fue un buen almuerzo, al nivel de calidad de la noche anterior y bastante más barato 37€.
Desde allí ya un poco cansados pero con el depósito lleno después de alimentarnos nos dirigimos hacia la plaza de España. Lugar de quedada de muchos turistas, esta plaza dominada por una escalinata hiper poblada de gente no es ni mucho menos lo más espectacular de la ciudad pero tiene un encanto especial.
Seguimos camino hasta la fontana de Trevi, la única gran desilusión del viaje no por el monumento en sí, sino por las obras de restauración que no nos permitieron verla en todo su esplendor.
De allí continuamos hasta la plaza del Panteón, pero la cantidad de gente y que celebraban misa en su célebre iglesia nos hizo decantarnos por cambiar de destino y dejarlo para el día siguiente.
Nos volvimos locos y decidimos ir en busca de la famosa bocca della verita. Después de un largo camino, preguntar un par de veces y pasar por un par de monumentos que no hubiéramos visto de otra manera llegamos de noche al lugar. Habían cerrado pero aún así pude hacerle una foto con el móvil, como las de los lugares anteriores ya que la poca luz hacían mi cámara una opción ineficaz sin trípode. El camino mereció la pena más por lo que encuentras por el que por el destino, pero aún así no nos arrepentimos de hacerlo.
De vuelta encontré una fabulosa spaghetteria, L'archetto se llamaba, una inmensa carta de diferentes formas de hacer espaguetis, unas entradas deliciosas y un muy buen vino de la casa la convirtió en una de las mejores paradas gastronómicas del viaje, a un gran precio por cierto 33€.
Llegamos al hotel sobre las 21:00, en pleno proceso de rendición incondicional, nos duchamos para caer redondos a la cama ipso facto.
Es domingo y nuestro plan requería madrugar, así que a las 7 de la mañana ya estábamos desayunando. Cruzamos la plaza Navona y el Panteón al amanecer, una maravilla de sitios sobretodo por poder disfrutarlos en ausencia de público con los espectaculares reflejos de la luz a esas horas. Aproveché para hacer unas fotos para mi colección particular.
Encaramos la calle Corso hasta el monumento Vittorio Emanuelle, un fastuoso edificio monumento que a esas horas también la iluminación de la mañana lo hacía espectacular.
Nuestra intención era visitar el coliseo en cuanto abrieran las puertas a las 8:30. Aún siendo así de temprano la cola para la taquilla era bastante larga, pero teníamos planes para no tener que sufrirla, nos dirigimos a la del foro Romano, a la que llegamos a las 8:15 y sólo había otro español esperando delante nuestra. A las 8:30 ya teníamos una entrada combinada de coliseo, foro y palatino que nos daba a acceso a las tres zonas sin importar el orden por 12€ cada uno.
A los 5 minutos ya estábamos cruzando el arco de seguridad del coliseo, no sin antes habernos quedados anonadados con la magnificencia de la maravilla del mundo moderno.
Dentro, la aglomeración de turistas le resta algo de encanto, si por mi fuera prohibiría esos insufribles palos para "selfis". Aún así como comprobé más tarde aún había entrado poca gente para las habituales masificaciones del lugar.
Disfruté haciendo fotos por los rincones, intentando imaginar como fue en su momento de más gloria y paseando por lugares que habían compartido gladiadores, fieras, cristianos sacrificados, senadores y emperadores de la antigua Roma.
En una zona próxima a la arena encontramos una gran cruz en memoria de los sacrificados para el deleite del populacho.
Al salir encontramos el célebre arco de Constantino.
De allí nos dirigimos a la entrada del Palatino, donde disfrutamos paseando entre el estadio, zona de lujosas villas, grandes acueductos, termas y demás ruinas diseminadas sobre la colina.
Uno de los mejores lugares para hacer fotos del coliseo es precisamente esta zona, juzgarlo vosotros mismos.
La masificación en la entrada del monumento ya se estaba haciendo impresionante, lo que nos demostró lo acertado de nuestro plan de la mañana.
Sin salir del recinto llegamos a la zona del foro.
No dejéis de visitar el mirador que da al complejo arqueológico donde se puede disfrutar de una panorámica del sitio.
En mi caso una gaviota se empeñó en que la incluyera en las fotos al no parar de posarse en la zona de balaustrada en la que me apoyaba.
Salimos del recinto casi a medio día, después de haber disfrutado toda la mañana de una vuelta al pasado, eso sí rodeados de orientales como si fuera una peli de serie B Hongkonesa.
Aun así en el paseo entre el foro romano y el monumento a Vittorio Emanuelle tuvimos la oportunidad de seguir admirando partes del glorioso pasado de la ciudad.
Había hambre, así que como nuestra intención de la tarde era visitar la Piazza del Popolo, buscamos un lugar en el camino. Nos decidimos por una pizzería rústica (en la que compras los trozos al peso) en la que aparte de lo inevitable también comimos unos deliciosos macarrones a la amatriciana y una lasaña de carne espectacular, convirtiéndose en nuestra comida más económica (25€) y para nada exenta de calidad.
Llegamos a la plaza a media tarde, es una preciosa explanada elíptica, con una fuente en cada extremo y el invariable obelisco central que también encontramos en Navona y San Pedro.
Desde allí vimos un mirador al que nos dispusimos a subir para conseguir alguna panorámica de la misma.
Allí nos anocheció y ya se me me hizo imposible seguir con la fotografía al no disponer de trípode.
Volvimos a nuestro alojamiento y después de descansar un rato nos dirigimos a la populosa plaza campo de fiori. Una bonita plaza rodeada de restaurantes y con un ambiente más distendido de lo que habíamos vivido en zonas más transitadas.
En una de las calles que salen del lugar mi mujer encontró un par de tiendas en las que comprar algo de ropa a precios asombrosos.
De camino a nuestro hospedaje nos detuvimos a cenar el "dei tre amici" un clásico restaurante romano, regentado por una familia donde la casi total ausencia de foráneos y la calidad de la comida en relación al precio(49€), llena de platos típicos, lo convirtió, a mi juicio, en el mejor lugar para comer de nuestra escapada.
Después de tan intensa jornada al llegar a nuestra habitación, preparamos el equipaje y nos dispusimos para al día siguiente, muy temprano por la mañana, abandonar esta bellísima ciudad después de pasar un fin de semana descubriendo parte de sus secretos.
Muchisimas gracias amigo Antonio Fernández por compartir con nosotros esta espectacular entrada. Continuaremos pendientes a tus EXPEDICIONES POR EL MUNDO.
Esplendidas fotos!.
ResponderEliminarHe estado en Roma en dos ocasiones con el intervalo de muchos años, en el primer viaje pocas fotos y malas por las mismas razones y en el segundo intentando recuperar el primer viaje.
Un abrazo.
No hay nada como las cámaras digitales!!
EliminarLas fotos impresionantes, un reportaje maravilloso de Antonio Fernández.
Gracias Mari-Pi por visitarnos.
Un abrazo
Fantásticas las fotografías. Tres veces he estado en Roma , en distintas etapas de mi vida, siempre me gustó y siempre me quedé con la sensación de que a pesar de todo lo que veía, me dejaba muchas cosas por ver.
ResponderEliminarBesos
Hola Ámbar! Gracias por visitarnos y por tu comentario. Roma es impresionante, a nosotros nos fascinó y ciertamente hay muchas cosas que te quedas sin ver.Quizá sea para volver y seguir descubriéndola...
EliminarBesos desde Bangkok
Gracias por la publicación, igual que gracias a los que han comentado que le gustan las fotos, mi esfuerzo me cuestan y que se reconozca es gratificante, seguid con este magnífico blog, y con mi envidia sana por vivir en mi país favorito, Tailandia
ResponderEliminarGracias a ti por tu colaboración. Si vienes a Tailandia aquí te esperamos y te haremos de guías. Saludos desde Bangkok.
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